CRITICA DE LA PELÍCULA “ELEFANTE”.
DIRECTOR: GUS VAN SANT. Año 2003.
Esta película se basa en un hecho real: la matanza de varios estudiantes a manos de sus dos compañeros sucedida en los Estados Unidos de Norteamérica en el instituto Columbine.
La película inicia con un adolescente cuando su padre lo lleva a la escuela en estado de ebriedad y casi atropella a un ciclista, el muchacho le exige a su padre que deje de manejar y él conduce el auto. Es un día cualquiera de inicio de clases en el instituto: los estudiantes llegan poco a poco a la escuela, un chico le saca fotos a una pareja de novios, otros están en la cancha jugando tochito, unos bailando rap, otro grupo toma una clase en contra de la homofobia.
Pero detrás de este “día normal” de preparatoria dos muchachos habían planeado matar a sangre fría a sus compañeros de clase, pero este suceso es solo la punta del iceberg del momento álgido y trágico. En la película se hace un retrato de las vidas de estos muchachos y sus problemas cotidianos, hay una chica que en la clase de educación física no se quita el pants: le da pena que vean sus piernas y la maestra amenaza con bajar su calificación si al día siguiente se presenta de nuevo con los pants puestos, unos chicos debaten sobre asistir a un concierto de música, otras tres chicas hablan de puras tonterías, y lo peor viene cuando desayunan e inmediatamente después van al baño a provocarse el vómito. Lo único que les interesa es verse bien físicamente aunque con ello peligre su vida, se puede apreciar que para ellas esta práctica no es nueva.
Los dos muchachos que cometieron la masacre aparentemente nunca dieron señales de estar locos o que estuvieran bajo la influencia de alguna droga, incluso uno de ellos tocaba el piano, sin embargo todo lo planearon de una forma fría y se vistieron para la ocasión con ropas militares.
La crítica demoledora a la sociedad estadounidense está en que se pueden comprar armas por internet sin pedir datos de los compradores, es decir, llevan las armas a las casas de los homicidas y peor aún, a la persona que hace la entrega no le parece raro que sean adolescentes quienes las reciben, en este caso los asesinos compraron armas de alto poder, no unas simples pistolas de bajo calibre.
Una distracción usual para los protagonistas solían ser los videojuegos donde pueden matar gente, y ese acción se vuelve para ellos tan trivial como normal, y disfrutan de ver documéntales de la segunda guerra mundial y sus horrores con imágenes de Hitler, Mussolini, la cruz gamada. Los padres están ausentes en la vida de estos muchachos asesinos, nada más se ve a la madre de uno de ellos que les prepara el desayuno, la cámara nunca le enfoca la cara (como dejando entrever que podría ser cualquier persona) poco después se retira.
Lo más impactante es cuando se dirigen a la escuela el día de la masacre y un muchacho le dice al otro en el auto: -“lo más importante: diviértete amigo”. No mostraron señal alguna de titubeo ante semejante acto, lo hicieron con plena conciencia, antes se habían bañaron juntos y se besaron en la regadera. También sabían que no saldrían vivos, no se inmutaron al saber que los matarían al final del día, no hubo señales de miedo ante su inminente muerte a manos de la policía. Minutos antes habían sacado un mapa de la escuela y se habían divido el terreno para ir a matar, incluso había fraguado un plan B.
Al final ejecutaron la acción con mucha frialdad, mataron también al director acusándolo de “joderles” la vida a ellos y demás alumnos, mataron en el baño a las chavitas bulímicas, una pareja de novios se escondió en el refrigerador de la cocina de la escuela y los mataron a sangre fría dejando al azar la decisión de quien moriría primero.
Considero que no es una película amarillista, más bien retrata como unos jóvenes “aparentemente normales” puede provocar una tragedia de semejante proporciones. Y las preguntas que de ella surgen son: ¿tienen la culpa los muchachos asesinos? ¿Sus padres que nunca están al tanto de lo que hacen en sus ratos libres? ¿Los maestros como el director de la escuela que es autoritario? ¿Los vendedores de armas que no tienen un control o un registro de a quienes les venden las armas? ¿O el modo de vida norteamericano que enajena y vuelve estúpidos a los muchachos?
EL ÚLTIMO FOUCAULT.
DIRECTOR: GUS VAN SANT. Año 2003.
Esta película se basa en un hecho real: la matanza de varios estudiantes a manos de sus dos compañeros sucedida en los Estados Unidos de Norteamérica en el instituto Columbine.
La película inicia con un adolescente cuando su padre lo lleva a la escuela en estado de ebriedad y casi atropella a un ciclista, el muchacho le exige a su padre que deje de manejar y él conduce el auto. Es un día cualquiera de inicio de clases en el instituto: los estudiantes llegan poco a poco a la escuela, un chico le saca fotos a una pareja de novios, otros están en la cancha jugando tochito, unos bailando rap, otro grupo toma una clase en contra de la homofobia.
Pero detrás de este “día normal” de preparatoria dos muchachos habían planeado matar a sangre fría a sus compañeros de clase, pero este suceso es solo la punta del iceberg del momento álgido y trágico. En la película se hace un retrato de las vidas de estos muchachos y sus problemas cotidianos, hay una chica que en la clase de educación física no se quita el pants: le da pena que vean sus piernas y la maestra amenaza con bajar su calificación si al día siguiente se presenta de nuevo con los pants puestos, unos chicos debaten sobre asistir a un concierto de música, otras tres chicas hablan de puras tonterías, y lo peor viene cuando desayunan e inmediatamente después van al baño a provocarse el vómito. Lo único que les interesa es verse bien físicamente aunque con ello peligre su vida, se puede apreciar que para ellas esta práctica no es nueva.
Los dos muchachos que cometieron la masacre aparentemente nunca dieron señales de estar locos o que estuvieran bajo la influencia de alguna droga, incluso uno de ellos tocaba el piano, sin embargo todo lo planearon de una forma fría y se vistieron para la ocasión con ropas militares.
La crítica demoledora a la sociedad estadounidense está en que se pueden comprar armas por internet sin pedir datos de los compradores, es decir, llevan las armas a las casas de los homicidas y peor aún, a la persona que hace la entrega no le parece raro que sean adolescentes quienes las reciben, en este caso los asesinos compraron armas de alto poder, no unas simples pistolas de bajo calibre.
Una distracción usual para los protagonistas solían ser los videojuegos donde pueden matar gente, y ese acción se vuelve para ellos tan trivial como normal, y disfrutan de ver documéntales de la segunda guerra mundial y sus horrores con imágenes de Hitler, Mussolini, la cruz gamada. Los padres están ausentes en la vida de estos muchachos asesinos, nada más se ve a la madre de uno de ellos que les prepara el desayuno, la cámara nunca le enfoca la cara (como dejando entrever que podría ser cualquier persona) poco después se retira.
Lo más impactante es cuando se dirigen a la escuela el día de la masacre y un muchacho le dice al otro en el auto: -“lo más importante: diviértete amigo”. No mostraron señal alguna de titubeo ante semejante acto, lo hicieron con plena conciencia, antes se habían bañaron juntos y se besaron en la regadera. También sabían que no saldrían vivos, no se inmutaron al saber que los matarían al final del día, no hubo señales de miedo ante su inminente muerte a manos de la policía. Minutos antes habían sacado un mapa de la escuela y se habían divido el terreno para ir a matar, incluso había fraguado un plan B.
Al final ejecutaron la acción con mucha frialdad, mataron también al director acusándolo de “joderles” la vida a ellos y demás alumnos, mataron en el baño a las chavitas bulímicas, una pareja de novios se escondió en el refrigerador de la cocina de la escuela y los mataron a sangre fría dejando al azar la decisión de quien moriría primero.
Considero que no es una película amarillista, más bien retrata como unos jóvenes “aparentemente normales” puede provocar una tragedia de semejante proporciones. Y las preguntas que de ella surgen son: ¿tienen la culpa los muchachos asesinos? ¿Sus padres que nunca están al tanto de lo que hacen en sus ratos libres? ¿Los maestros como el director de la escuela que es autoritario? ¿Los vendedores de armas que no tienen un control o un registro de a quienes les venden las armas? ¿O el modo de vida norteamericano que enajena y vuelve estúpidos a los muchachos?
EL ÚLTIMO FOUCAULT.